“Más que una marcha, esto es un río”, dice el pasacalle que sostienen dos hombres al frente de la multitud que camina por las calles de Cocorná.
“No + hidroeléctricas”, dice otro que cargan dos viejos, en el que preguntan “¿dónde está nuestro río?” Porque los habitantes de este municipio en el Oriente antioqueño se movilizaron en contra de la licencia ambiental que Cornare, la corporación ambiental, le entregó el 11 de julio a la PCH Pantágoras, a favor de la empresa Angulo SAS, para generar 18,4 megavatios de energía.
No solo rechazan la futura construcción de esta pequeña central hidroeléctrica (PCH), sino la licencia que Cornare entregó en febrero de 2020 a la PCH Cocorná I y a la posibilidad de que otorgue la licencia ambiental a los proyectos Cocorná II y Cocorná III.
Es decir, en el río Cocorná, el cual baja de las montañas de El Carmen de Viboral, atraviesa la autopista Medellín-Bogotá y desciende sobre rocas hasta las tierras cálidas de Cocorná, quieren construir cuatro hidroeléctricas. Esto, sumado a que en el municipio ya construyeron tres PCH más: San Matías, El Popal y El Molino.
Que los habitantes de Cocorná se opongan a este tipo de proyectos tiene sus antecedentes. Durante la construcción de la PCH El Popal entre 2011 y 2013 en el río Cocorná, los habitantes de la vereda La Aurora tuvieron que desplazarse porque se secó la fuente de agua de la que se abastecían, la tierra se agrietó y se llevó consigo el trapiche comunitario.
Acciones de nulidad para frenar las PCH

Isaac Buitrago Quintana, un abogado de la región, radicó una acción de nulidad en contra de la PCH Pantágoras, en la que argumenta que Cornare aprobó un estudio de impacto ambiental incompleto, tal como lo hizo con la PCH Cocorná I.
En el documento que otorga la licencia ambiental a la PCH Pantágoras, Cornare dice que “se aclara de forma respetuosa que alguna información deberá ser complementada por parte del titular de la licencia, antes de/inicio de fase constructiva”. Sobre esto es crítico Buitrago en su acción de nulidad y algunos colectivos ambientalistas del Oriente antioqueño, dado que la corporación ambiental está otorgando licencias sin que las empresas cumplan con el total de los requisitos. En este caso, dice la licencia, “la información evaluada por la Corporación es suficiente para reafirmar desde el punto de vista técnico y ambiental, el otorgamiento de la licencia ambiental del provecto hidroeléctrico Pantáqoras «.
Incluso, cuando la Agencia de Prensa IPC le preguntó a Oladier Ramírez, secretario general de Cornare, por qué otorgó a la empresa Taborda Vélez & CIA la licencia ambiental al proyecto Cocorná I sin que cumpliera con todos los requisitos, respondió: “quedamos en que de esos 19 [requisitos faltantes] cumplieron 11 totalmente. Y quedaron 8 que no son determinantes para el desarrollo del proyecto. Por ejemplo, les faltó un capítulo que pueden presentar en la fase de inicio del proyecto. Mal haríamos nosotros decirles que les negamos por esos ocho requisitos que no son determinantes para el proyecto.”
Volviendo a la acción de nulidad de la PCH Pantágoras, dice la acción de nulidad que “otorgar la licencia pese a reconocer la incompletitud de la información precisada para evaluar la viabilidad de la obra, constituye una degradación del proceso de licenciamiento” y señala, además, que “CORNARE decidió, conceder plazos adicionales mediante la licencia para completar el Estudio de Impacto Ambiental, beneficiando con dicha actuación a un particular” y que, en este caso, la corporación ambiental estaría vulnerando los derechos colectivos e individuales de las comunidades , así como los del ecosistema mismo.
Por estas razones es que el abogado Buitrago solicita medidas cautelares mientras se define la acción de nulidad. “Si la autoridad ambiental reconoce los efectos que provoca la licencia otorgada en los ecosistemas, especialmente en el río Cocorná, tiene la obligación legal de adoptar dentro de un término razonable medidas específicas dirigidas a evitar daños e impactos ambientales”, asegura el documento.
En el Oriente antioqueño hay 17 hidroeléctricas en funcionamiento, la corporación ambiental Cornare otorgó 19 licencias ambientales más para proyectos que están sin construir y en los últimos cinco años otorgó 95 permisos de estudio para futuros proyectos. Frente a estos proyectos, hay ocho acciones de nulidad en curso contra proyectos como Porvenir II, Cocorná I, PCH Argelia, Paloma III y Paloma IV, estas últimas tres sobre el río La Paloma, en Argelia.
Mediante el Acuerdo 424 del 25 de marzo de 2021, Cornare anunció que adoptaría una “metodología para establecer el Índice de Sostenibilidad Integrado para las cuencas hidrográficas en Jurisdicción de Cornare”. Este año, anunciaron que había finalizado el estudio de capacidad de carga que hizo la empresa The Nature Conservancy (TNC), en el que se hizo “el cálculo de límites de sostenibilidad, identificación de objetos de conservación y servicios ecosistémicos asociados al recurso hídrico”, es decir, que con este se determinará si los ríos de la región soportan más hidroeléctricas.
En Cocorná, por ahora, saben que Cornare otorgó dos licencias sobre el río Cocorná (Cocorná I y Pantágoras) y hay dos a la espera (Cocorná II y Cocorná III). Algunos habitantes manifiestan que van a quedar sin su río y que no saben cuántas licencias más va a dar la corporación ambiental para generar energía en un río que es patrimonio cultural del municipio.