Celebramos 30 años del primer acuerdo de paz urbana en la ciudad. Ocurrió entre 1993 y 1994, cuando nos sentamos a dialogar con las milicias urbanas de la ciudad y del Valle de Aburrá.
Como Instituto Popular de Capacitación, hace 30 años le apostamos a ese proceso de paz, en Moravia, y aprendimos una lección muy importante, Ministra Ángela Buitrago: son los grupos armados los que imparten justicia, convivencia, seguridad; en su momento la alternativa que tuvimos para sustituir eso fue, precisamente, los mecanismos alternativos de justicia: jueces de paz, conciliadores en equidad, centros de conciliación, entre otros. Esas figuras de los años 90 hoy están perdidas y es muy necesario volver a fortalecer la justicia comunitaria y que los actores armados tengan un compromiso de entregar la justicia y la convivencia comunitaria a las comunidades urbanas, de manera progresiva.
Aquí es fundamental porque llevamos 50 años en este conflicto y donde hay familias que ya van para la cuarta generación de hijos al servicio del conflicto armado, lo que evidencia que hay una descomposición societal muy fuerte.
Alguna vez, una investigación realizada entre la Universidad de Chicago y la Universidad Eafit, hizo una encuesta aplicada en casi todos los barrios del valle de Aburrá y había una pregunta que era clave y que hoy sigue siendo muy clave: “si los ‘muchachos’ mañana se van del barrio, ¿ustedes sienten más seguros o más inseguros?” Todos respondieron que más inseguros. Hay una realidad ahí de facto.
Esa discusión no la podemos dejar en el trasfondo. No se trata simplemente de un tema de acogimiento a la justicia y ahí es donde la sociedad civil tiene que ser un actor social y político en el proceso de negociación. Si algo nos ha mostrado los anteriores procesos de reincorporación es que es mala idea no contar con la sociedad civil, porque precisamente es esa sociedad civil la que va a acoger a esas personas, como nos está pasando con el proceso de reincorporados de las Farc y como nos pasó con otros procesos anteriores. Es importante que la sociedad civil realmente rodee este espacio y que haya un protocolo efectivo.
Finalmente queremos hacer una propuesta a ustedes, senadores y senadoras: es necesario que se haga un espacio de control político en plenaria del Senado con el tema de Paz Urbana y que le preguntemos al Comisionado de Paz, Otty Patiño; al Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón; y al Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez: ¿cuál es su compromiso con la paz en el territorio? Porque aquí la sociedad civil está demostrando voluntad política pero nuestros mandatarios no.